Apostillas del 15 de junio de 2014.
No me olvidé sobre esta importante fecha, de la celebración del Día del Padre, al menos en Argentina, pese a que no termino de acomodarme en Tamilnadu y todo el ajetreo que ocasiona el seguimiento del mundial de fútbol que se está realizando en Brasil.
Para ser honesto diré, que sí me olvidé, hasta que en esta mañana, me lo recordaron mis hijos, con afectuosos saludos, pese a que nos separan miles de kilómetros. Muchas gracias a ellos, y estoy haciendo el esfuerzo, para que por lo menos, cuando ya sea polvo, me recuerden como a un padre, que al menos intentó serlo, pese a sus muchos fracasos en ese sentido. Me siento orgullosos de ellos –mis hijos-, porque son personas de bien; Javier, Julio, Chochi, Chelo y Queko. Porque no las tuvieron fácil conmigo; en muchas momentos claves estuve ausente; en muchas oportunidades tuvieron que sentirse verdaderamente avergonzados. Sin embargo, siempre me cuidaron, me protegieron, y mientras yo seguía cayendo, ellos permanecían de pié. Espero puedan perdonarme, lo que no significa olvidar y lo que implica siempre una compensación, reparación, restauración de mi parte.
Quiero saludar a todos los padres, y para no caer en omisiones, solamente voy a nombrar a uno: a Don Raúl, mi papá, al cual lo veo a través de la fotografía que está bajo el vidrio de mi escritorio, y muy raramente, en la estampa que ilumina su lápida. Para mí, sigue siendo, un Mahatma Gandhi, un Albert Einstein o un Lionel Messi. Con todas sus capacidades, se desempeñó como obrero multifunción, en una conocida fábrica de la ciudad. Se jubiló con una compensación miserable, como les ocurrió a la mayoría de los argentinos retirados en esa época. Fue exprimido en su lugar de trabajo, por esa mentalidad de los empresarios, de que todos son números, que rinden un rédito, y a los que mantienen con lo básico para sobrevivir. De todos modos, aunque nuestro hogar era humilde, no nos faltó nada, especialmente en educación,enseñanza de verdaderos valores, y no sólo de palabra, sino principalmente con el ejemplo.
Bueno, mis felicitaciones para TODOS los padres, para mis amigos que son padres, para mis amigos que están en las redes sociales de comunicaciones; para los padres que no pudieron ni siquiera conocer a sus hijos, y también a los que perdieron a ellos. Así mismo, para los padres del corazón, adoptivos, para los padres que se encuentran en prisión, los progenitores que son alcohólicos, o que estén en recuperación de este flagelo como de las demás adicciones; para quienes sufren eso con sus hijos, para los padres argentinos, latinoamericanos, los de Tamilnadu, de Avellaneda, Reconquista y toda la región. Y porqué no, para las madres, que deben cumplir, por distintas circunstancias con ambos roles, el de la maternidad y el de padre.
Finalmente, una infidelidad: Gayathri, me considera de muchas maneras, pero ve en mí a un padre.