NUEVA INMIGRACIÓN

 

 

INMIGRANTES


 

Nueva Inmigración
Las hijas del sol
Ya no bajan de los barcos. Ahora llegan en aviones. Mujeres jóvenes, solas. Expulsadas por el hambre o abandonadas por sus hombres, cuidan hijos ajenos para enviar dinero a los suyos, que quedaron en sus países al cuidado de algún pariente solidario.
Ellas buscan fuera del país el pan o la libertad que les faltaba, las dos fuerzas que impulsan los destierros.
Muchas eluden las restricciones legales amparadas en el trabajo a puertas cerradas, el de las empleadas domésticas.
En Argentina, arribaron antes paraguayas y bolivianas, ahora lo hacen las peruanas, obligadas en su mayoría por la crisis económica que atraviesan sus países.
Comenzaron a llegar a partir de 1992 atraídas por la propaganda oficial, los elogios a la situación económica del país y los altos salarios comparados con los de su patria.
Por orgullo o para evitar sufrimientos, el inmigrante nunca admite ante sus familiares o amigos las dificultades.
Vienen en una proporción de seis mujeres por cada cuatro hombres.
Las peruanas se acercan a pedir ayuda a instituciones humanitarias, especialmente las iglesias. Son urbanas, se instalan en el centro de la ciudad, en hoteles o piezas de alquiler. Tienen estudios secundarios, en algunos casos universitarios.En sus domingos de soledad, caminan en grupo por los parques de la ciudad. En los sábados corren ansiosas a correos privados que lucran con sus nostalgias. Estas empresas envían y reciben correspondencia y encomiendas en los que viajan palabras que relatan los propios acontecimientos y comida con el sabor concreto de la identidad.

 

 

En 1965, arribaron grupos coreanos y chinos.
En la década del ochenta los primeros participaron de una operatoria que fomentaba el ingreso de inmigrantes con capital. Hoy son 40.000, si bien su llegada declinó a partir de 1989.
El primer grupo era más pobre y, como todos, los inmigrantes tuvieron que dedicarse a tareas no queridas por los nativos y mal pagas: fueron mozos, lavacopas, lustrabotas.
Primero habitaron en una villa en el barrio porteño de Flores, erradicada compulsivamente por el gobierno militar. Entonces, adquirieron o alquilaron locales y casas en el mismo barrio, creando el Barrio Coreano o Koreatown.
Convivieron en el Once y Caballito con los comerciantes judíos sefardíes, que desde 1910 practicaban el comercio y la confección textil. Pronto aprendieron el oficio, y comenzaron a crecer en el rubro, renovándolo con nueva maquinaria y un sistema de trabajo intensivo basado en mano de obra familiar. Esa laboriosidad extrema era la misma que los pioneros judíos tenían al iniciar su camino del inmigrante, cuando trabajaban todo el día y dormían en el taller.
No obstante, la crítica a los nuevos competidores parecía calcada de los reclamos antijaponeses de los treinta: trabajo abusivo e inhumano, desprecio por las conquistas sociales, etc.
La laboriosidad y la autoexplotación eran vistas como defectos. Aparte, los judíos decían ser más argentinos, integrados al país. Los coreanos, a su vez, respondieron alegando que los judíos no trabajaban, solo hacían números, y que si ellos adoptaron formas ilegales de explotación (trabajo en negro, jornadas abusivas) fue porque lo aprendieron de sus críticos.
En todas las épocas el recién llegado siempre debió pagar derecho de piso y respondió al prejuicio con el prejuicio.
Los hijos de los coreanos ya asisten a nuestras escuelas. Sus padres aprecian mucho las oportunidades educativas existentes aquí, muy escasas en su patria.
Es probable que en poco tiempo una nueva generación de criollos de ojos rasgados aporte ejemplos útiles en la lucha contra la discriminación, y su comunidad sea tan respetada como lo es hoy la japonesa.
Las corrientes de inmigraciones más importantes fueron la de 1869, 1895, 1914, 1947. Y sin tener en cuenta la inmigración anterior a 1857, podemos afirmar que ingresaron en el país hasta 1940 unas 3.800.000 personas. 
Nuestra inmigración comprende las siguientes épocas: 1º colonial: se debió al régimen monopolista implantado por España; 2º de la emancipación: durante este período se manifiesta en España una reacción contra los sistemas impuestos, Rivadavia se preocupa por la atracción y arraigo del extranjero; 3º del gobierno de Rosas; 4º constitucional.

(XENOFOBIA  Es la desconfianza a los extranjeros y es también la contracara de las migraciones modernas.)

Del sitio: https://www.oni.escuelas.edu.ar/olimpi98/Campos-Estancias/Inmigran.htm

ARGENTINA: TIERRA DE ESPERANZA