MANUEL I. CRACOGNA

 

 

LA COLONIA NACIONAL

"PRESIDENTE AVELLANEDA"

Y SU TIEMPO 2DA. PARTE

LA COLONIA AVELLANEDA, PROVINCIA DE SANTA FE

Su desarrollo y evolución política y socio económica

Período 1886 - 1970

MUNICIPALIDAD DE AVELLANEDA

Provincia de Santa Fe

Como parte de los planes de promoción cultural que se han propuesto las autoridades municipales, mediante el decreto Nº 0985 del 12 de setiembre de 1997, el ditular del D.E. dispuso el apoyo oficial para la impresión y difusión de la presente Obra. [1]

ORFILIO E. MARCÓN

Intendente Municipal

[1] Se refiere al libro LA COLONIA NACIONAL "PRESIDENTE AVELLANEDA" Y SU TIEMPO 2da. PARTE




Monumento a la Ciudad, proyectado y construido por Roberto Cracogna.


Escudo de la Ciudad de Avellaneda.

Los elementos que lo componen tienen un profundo significado: el quebracho es el árbol bajo cuyas ramas se reunieron, al llegar, los primeros pobladoras, destacándose en sus ramas el escudo del Friuli, los lobos pertenecen al símbolo heráldico de la familia del Dr. Avellaneda, a sus pies el Arroyo '"El Rey'", la corona dándole la condición de ciudad, y haciendo el marco a todo esto está el algodón por ser el principal cultivo de la zona con la cruz de la Merced en honor a la patrona de la ciudad.

RECONOCIMIENTO

Para llegar a exponer una concisa narración de los hechos relevantes del acontecer histórico de nuestra comunidad en sus aspectos políticos, sociales, económicos, deportivos, etc. se ha recurrido a diversas fuentes dignas de credibilidad, como ser autores contemporáneos con sus informes y escritos de épocas pasadas, archivos de entidades oficiales y privadas, además de medios de comunicación impresos. Para todos ellos, desde estas líneas, rindo mi sincera gratitud. Asimismo a las familias, amigos y convecinos que contribuyeron con datos y gráficos, aceptando mi justificativo por algún error u omisión involuntaria que se hubiere detectado en el curso de esta lectura.

Justo es, pues, su mención para corroborar mis sentimientos:

Autores: (escritos e informes) Víctor Nícoli, Leoncio Gianello, Vladimir Michielevich, Gabriel Carrasco, Alejo Peyret, Juan Abrosetti, Manuel Roselli, Jorge Cracogna (diario personal).

Archivos: De la Provincia de Santa Fe, Histórico del Chaco, Municipal de Avellaneda, Obispado de Reconquista, Parroquial de Avellaneda, Parroquia de Reconquista, Círculo de Obreros de Avellaneda, Biblioteca de la Facultad de Derecho de Santa Fe.

Medios de difusión: El Pueblo, La Prensa, Nueva Época, El Litoral, La Mañana, El Independiente, Tribuna, Voz del Norte, La Unión, La palabra, Anuarios de Avellaneda (1944 y 1945)

MANUEL I. CRACOGNA

 

EPILOGO

de MANUEL I. CRACOGNA

Al cerrar la última página de esta obra de carácter histórico-narrativo hasta donde han llegado los lectores, amigos, convecinos e interesados en los temas locales y de la región, cabe expresar algunas consideraciones al respecto.

Como se habrá podido comprobar, la exposición de los acontecimientos acaecidos en un lapso de 84 años con el principal protagonismo de los pobladores de Avellaneda en el mismo ámbito de su convivencia, puede resultar reiterativa en ciertos casos; pero al margen de la pureza del relato, se ha insistido en tal forma para sostener la evidencia del avance gradual de las actividades de la población.

Con el límite impuesto a esta crónica - el punto final de 1970 - , lo que significa que han transcurrido 27 años, [1] es natural que los primeros interesados en conocer el contenido de estas páginas sean los mayores , por la sencilla razón de ser contemporáneos y quizá testigos o partícipes de los hechos pasados que se describen.

Para los jóvenes, en especial los nativos del distrito Avellaneda y zona aledaña, esta obra podrá servirles para acrecentar su patrimonio cultural con el conocimiento del trabajo, esfuerzos y penurias que afrontaron padres y abuelos con sus familias para dejarles un porvenir digno en medio de una sociedad laboriosa.

De esta manera, a través de los años surgen los nombres de vecinos, hombres y mujeres que fueron precursores en la creación y formación de entidades de diversa índole, cultural, religiosa, empresaria, deportiva, etc. destacando los vecinos que ejercieron la conducción de los asuntos públicos.

Por haber integrado y conocido en detalle el trabajo de más de una institución, me impongo la disculpa por la minuciosidad en que hubiese incurrido, guiado por la inención de ser amplio y claro en el relato. No obstante, aceptaré siempre la observación fundamentada que se me haga llegar, porque en historia los hechos inciertos pueden tener diversas interpretaciones, máxime al mediar gran distancia en el tiempo y la total carencia de fuentes inobjetables de información.

Debo agradecer el aliento que recibí para concretar este trabajo de parte de mis convecinos. De manera especial quiero recordar en estas líneas a un constante animador, familiar y apreciado amigo Juan Luis, fallecido recientemente tras una pertinaz dolencia, quien al leer los borradores de los primeros capítulos que le facilitara, me expresó un pensamiento sobre lo escrito que resumo así: Un homenaje a nuestros viejos y una guía y presente para los jóvenes y las futuras generaciones.

De cumplirse este generoso vaticinio, se habrá concretado una de mis modestas aspiraciones: En lo posible, ser últil a mi pueblo para contribuir a su progreso y bienestar. Confío que esta obra así lo sea.

Gracias y hasta siempre.

[1] El libro se publicó en 1997, fecha en la que el Dr. Cracogna escribe este epílogo, y de allí la referencia al paso de veintisiete años, del punto donde concluye la crónica.
Como autor de este sitio, quiero contarles que el Dr. Manuel Cracogna, era vecino del lugar donde nací y estuve viviendo casi por un cuarto de siglo, es decir, mi casa paterna. Su profesión era la de odontólogo, y el hecho de haber caído en sus manos en mi niñez, posiblemente influyeron en mi terror por el sillón e instrumental usados por los dentistas. Se desempeñó también como profesor de Historia, en el Instituto Gustavo Martínez Zuviría, siendo memorables su retórica y la profusión de anécdotas con las que amenizaba sus clases.

En su "Epílogo" nos habla del "protagonismo de los pobladores de Avellaneda en el mismo ámbito de su convivencia", siendo él sin duda, un protagonista de la primer línea, con un compromiso y entrega en la mayor parte de las instituciones que resultaban ser las "fuerzas vivas", o esas fundaciones a partir de las cuales surgieron otros hombres de bien, guiados con su ejemplo y con sus emprendimientos desinteresados; así lo encontramos al frente del Círculo de Obreros por mucho tiempo, también como director interino de la Banda de Música de esa institución, o lo vemos dirigiendo el Consejo de Administración de la Cooperativa de Servicios Públicos que en Avellaneda brindaba el servicio de energía eléctrica, con la denominación de CLYFEAL, y que actualmente también provee el servicio de agua potable y es partícipe de la explotación de la recientemente instalada red de gas domiciario, aparte de ofrecer un servicio completo de sepelio a todos sus asociados. También sus huellas quedaron en la Asociación Sanmartiriana, y en múltiples asociaciones vecinales que siempre tuvieron protagonismo a la hora de dirimir importantes cuestiones para el pueblo de Avellaneda, que paulatinamente iba transformándose en ciudad.

Descendiente de inmigrantes, destaca siempre en su obra la labor de sus antepasados, y cita a todos sus contemporáneos, ya sean colaboradores o adversarios ocasionales, envuelto en ese fragor de las instituciones, donde el individuo aprende a convivir en democracia y cuenta con los elementos para hacerse oír cuando debe mostrar su disconformidad por lo actuado o proyectado. Sin duda se vio envuelto en muchas polémicas, y que con muchos aciertos, también como ser humano puede haber tenido errores, pero sabemos que el que no hace nada ya está equivocado, así que el riesgo a equivocarse de quien presta su ingenio y laboriosidad para múltiples tareas es alto. Profundamente cristiano, católico practicante, docente, padre de siete hijos, no tiene cortedad en relatar los acontecimientos de la evolución religiosa de la colonia y pueblo de Avellaneda, y de destacar las labores de los abnegados sacerdotes, que ejerciendo su apostolado en esta zona, contribuyeron también a la formación del actual acervo cultural y a la multiplicidad de valores y virtudes que en la mayoría de los habitantes aún se conservan.

Como pudimos leer, soñaba que su crónica sería apreciada por los mayores, que a la vez habían sido testigos y protagonistas de los hechos que se relatan, pero también vislumbra la riqueza que puede tener para la juventud, cosa que reafirmo en el 2004, en un momento en que la información que nos envuelve tiene una velocidad vertiginosa y un mensaje ambiguo, muchas veces mal intencionado o respondiendo a grupos de poder, cuya última voluntad sería el engrandecimiento de la región, y que importando políticas económicas y sociales, hicieron de la Argentina poderosa de unos años atrás, un Estado quebrado, no solo económicamente, sino en los cimientos fundamentales de la sociedad, donde la institución familiar es atacada todos los días, la educación, pese al esfuerzo de muchos docentes tiene un nivel muy bajo, los servicios asistenciales y de salud son una fuente de corrupción no cumpliendo mínimamente con las personas de menos recursos o quienes luego de muchos años de trabajo pasaron a situación de retiro, y en el que también prolifera la inseguridad, la falta de verdadera justicia, el crecimiento de la disponibilidad de la droga, el descreimiento total hacia la mayoría de las instituciones políticas y religiosas, y todo esto potenciado a la enésima expresión, desde el año 1990, con la "era menemista" y la cohorte de secuaces que lo secundaron y sucedieron.

Seré fiel a los textos de "Manolo", y solamente de tanto en tanto me permitiré agregar alguna apostilla, con las que de ninguna manera lograré su altura y objetividad, y de la misma manera iré detallando algunos sucesos relacionados con lo que nos cuenta en su historia, para que nos ayuden más a situarnos en cada época y en cada situación social, con todas las complejidades de una sociedad de crecimiento poblacional muy alto en los albores del siglo XXI, tendencia que se mantiene desde las últimas décadas del siglo pasado.

RCT

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