EL DESPEGUE DE LINUX

 

El despegue de Linux

 

Linux es algo más que un sistema operativo que gana cada día más adeptos; es toda una forma de pensar que va más allá de un simple desarrollo tecnológico.

 

Linux no es un sistema operativo más. Linus Torvarlds no inventó el software gratis, ni el Unix, ni trató de ser el héroe y gurú de un nuevo pensamiento; sólo participaba en él. Linux supone el máximo exponente de una filosofía: el software no es más que un producto del conocimiento humano y como parte de ese conocimiento debe ser compartido con los demás.

 

No sólo hay que pensar en este fenómeno como «no queremos pagar por usar programas». Nada más lejos de la realidad. Los autores de software bajo licencia GNU quieren donar sus obras a todo el mundo, sólo por el placer de que a alguien puedan serles útiles. Es algo así como hacer «voluntariado del software».

 

Pero este pensamiento va más lejos. Quienes apoyamos el software gratis lo hacemos no sólo por ahorrarnos unas pesetas, sino porque al crearse y escribirse sin ánimo de lucro éste no se ve sujeto a presiones comerciales, de forma que no hay plazos de entrega más allá de los que el propio autor se imponga. Estos plazos suelen ser los culpables de que ciertas chapuzas se impongan sobre soluciones más sólidas, aunque más costosas en tiempo.

 

De hecho, Linux, regresando a las primeras ideas expuestas, es sólo un fenómeno, una estrella que brilla con luz propia dentro de esta corriente llamada filosofía GNU. Lo más positivo es que tenemos el código fuente de los programas y del sistema, y que podemos participar en su desarrollo.

 

Por otra parte, esto del software gratis tiene su contrapartida, y es que suele ser poco amigable; es decir, cuando compramos un programa para Windows sólo tenemos que pulsar con el ratón sobre ciertos botones bastante intuitivos y... ¡ya está! Sin embargo, aún recuerdo cuando me enfrenté a mi primer Linux en la facultad de informática: tuve que bajarlo por FTP y grabarlo en un «cerro» de disquetes, algo así como 40 o 50.

 

La fascinación con la que Marcos Sagrado, antiguo colaborador de la revista, me habló de él fue tal que no pude evitar instalármelo en mi 386 a 16 MHz con 4 Mbytes de RAM. La instalación fue todo un calvario. Red Hat Linux, OpenLinux y demás distribuciones actuales son todo un lujo (en cuanto a facilidad de instalación) si las comparamos con anteriores versiones.

 

 

Los «sufridores»

 

Ahora estamos a otro nivel. DOS es ya historia y Windows ejerce su «tiranía» en un mercado copado por los sistemas operativos de Microsoft. Linux es para los usuarios a los que no les importan los retos y no se desesperan si las cosas no van bien a la primera. Sin embargo, cada vez son más exigentes con la interfaz gráfica -y deben serlo-, lo que se nota en el éxito de distribuciones de Linux como Red Hat u OpenLinux.

 

El verdadero problema surge cuando ya hemos instalado el sistema pero nos gustaría que comenzase a hacer «cosas útiles», tales como sacar documentos por impresora, conectarnos a nuestro proveedor Internet, leer el correo, etc. Para conseguir que el sistema nos sea útil hay que configurarlo, y a este proceso se le suele llamar «administración del sistema». Da la casualidad que Unix es un entorno bastante potente pero igual de poco amigable. Esto va cambiando con el paso de los años, con la invención de nuevas herramientas que nos facilitan el trabajo. No tenemos más que echar un vistazo a las últimas distribuciones del mercado o incluso a otros sistemas Unix como Sun Solaris.

 

Sin duda, un paso adelante es el proyecto COAS (Caldera Open Administration Sofware o Programas para la Administración Abierta Caldera) del que podemos obtener cierto código en fase beta en Internet («ftp://ftp.coas.org»), así como en el CD ACTUAL de este mes. Se trata de una serie de programas para facilitar la vida de un administrador de sistema Linux de Caldera. Pero no es Caldera la única compañía dispuesta a hacer más grata la existencia del «linuxero».

También Red Hat Software acaba de ofrecer a sus clientes de los Estados Unidos un servicio de atención telefónica para Red Hat Linux en plataformas Intel y DEC Alpha, lo cual parece algo normal en el mundo del software comercial pero teniendo en cuenta de dónde viene y qué es Linux... Continuando con noticias sobre esta compañía, debemos reseñar que desde el pasado 5 de enero ya tenemos a un precio de 2.931 pesetas + IVA las Red Hat PowerTools en abc Analog.

 

Estas PowerTools incluyen además de las utilidades, paquetes y mirrors habituales, las distribuciones Red Hat 5.0 para Intel y Digital Alpha. Suelen traer también la de Sparc, pero en esta versión Red Hat Software se ha encontrado con varios problemas que le han obligado a retrasar su lanzamiento.

 

Por su parte, Netscape Communications ha firmado un acuerdo con Caldera para que sea esta última compañía quien haga de proveedor exclusivo de los productos cliente y servidor de Netscape para la comunidad Linux. Ambas compañías están trabajando juntas para ofrecer este año una nueva versión de OpenLinux, que vaya directamente a competir en el mercado de los servidores de intra y extranet para la Web directamente con otras plataformas como Windows NT, Sun Solaris y SCO Unix.

 

Se lanzará bajo el nombre de Netscape SuiteSpot y es una solución completa que comprende gestión de mensajería, servidor de aplicaciones y servidor web. Y ojo al próximo OpenLinux, que parece va a ser fuerte: incorporará de serie el OpenDOS (en la parte del DOSEMU) ya preinstalado con todo su software adicional. Todo junto puede ser una bomba y dejar en pañales a todo lo visto hasta ahora.

 

 

Linux en el Titanic

 

Una compañía llamada Digital Domain, con sede en Venecia (California), ha utilizado Linux para crear imágenes del Titanic. Para el desarrollo de la película se han usado 350 CPUs Silicon Graphics y 200 DEC Alpha -la mayor parte de ellos con Linux- unidos todos ellos mediante una red de 100 Mbps con un sistema de archivos distribuido de alrededor de 5 terabytes de disco.

 

En la primera fase, el artista digital usa herramientas específicas normalmente en las máquinas SGI de forma interactiva. Una vez que el artista ha realizado el diseño -las texturas, perspectivas, luz, movimiento, etc.- es entonces cuando llega el trabajo de cálculo intensivo en modo de proceso por lotes o batch.

 

Por esta razón es por la que se escogieron las CPUs Digital Alpha: su relación precio/prestaciones resultaba la mejor dado su alto rendimiento en cálculos de coma flotante, y porque además se podía usar con distintos sistemas operativos, lo que otorgaba más flexibilidad.

 

Precisamente a la hora de elegir el sistema operativo, los técnicos de Digital Domain probaron tres: Windows NT, Digital Unix y Red Hat Linux. El primero fue desechado rápidamente por carecer de ciertas facilidades como compatibilidad con el software de Silicon Graphics y el soporte nativo de NFS o enlaces simbólicos. Todo esto requería por adquirir software adicional y cierta cantidad de trabajo para adaptar el software de SGI a NT. Las dos cosas juntas suponían un incremento de coste considerable.

 

Digital Unix por su parte se comportó bastante bien aunque carecía de ciertas herramientas de comunicaciones con servidores NT, falta de ciertos controladores de dispositivo, etc. Red Hat Linux 4.1, sin embargo, con un kernel actualizado y algo de trabajo por parte de los ingenieros de esta compañía, resultó ser la solución ideal.

 

Se compraron 200 máquinas DEC Alpha a 433MHz equipadas cada una de ellas con una controladora SCSI NCR/SYMBIOS 810 y discos duros SCSI, tarjeta Ethernet SMC de 100 Mbps y suficiente memoria RAM. Se montaron en un rack y se unió todo el cableado de pantallas y teclados para centralizarlos en una única consola central en el centro de la habitación. Las máquinas, en menos de un mes, generaron más de 300.000 fotogramas y resultaron ser entre tres y cuatro veces más rápidas que las Silicon Graphics, todo ello a un precio ridículo.

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