ELBA VILLANUEVA

 

raulcelsoar 28/11/2008 @ 09:41

ELBA VILLANUEVA

 

Escribió sobre la democracia y ganó un premio de la Cámara de Diputados

Elba asiste a la escuela con diez de sus 13 hijos

Tiene 39 años y retomó la secundaria para progresar laboralmente. En su monografía, rescató la opinión de los vecinos de Santa Rosa de Lima sobre la democracia.

 

 

De la redacción de El Litoral

educacion@ellitoral.com

Elba Villanueva (39 años) no sale de su asombro por el primer premio que obtuvo en el concurso de monografías sobre los 25 años de la recuperación democrática que organizó la Cámara de Diputados de la provincia. “Sabía que podía quedar seleccionada pero no me imaginaba que iba a ganar”, dice esta alumna de la secundaria Nº 507, del barrio Santa Rosa de Lima.

Es que sobresalir por una actitud positiva en uno de los sectores más postergados de la ciudad, no es cosa de todos los días. Y Elba se destaca no sólo por su buen rendimiento escolar sino por su historia de vida, digna de ser contada.

Tiene diez hijos varones y tres mujeres: la mayor de 21 y el menor de 1 año y medio. Cada mañana se levanta temprano, prepara a sus chicos, y sale en convoy para el edificio de la escuela Monseñor Zazpe con una decena de su prole. A llegar, el grupo se dispersa entre las aulas del jardín de infantes, la primaria y la nueva secundaria creada este año en el mismo edificio.

Esta mamá cursa el tercer año de la escuela media junto con Brenda y Nadia, dos de sus hijas. “Por ahí nos peleamos un poquito por las notas, hay competencia, yo parezco una criatura más”, bromea, al tiempo que subraya su excelente relación con sus compañeros de curso, todos adolescentes.

Además de ocuparse junto con su marido de la crianza de esta gran familia, Elba trabaja como empleada municipal en el mantenimiento de plazas, durante los fines de semana. Por eso, le vino como anillo al dedo la creación del tercer año en la escuela Zazpe, que tenía hasta el 9º de EGB (hoy 2º del secundario). “Terminé el noveno en 2005 pero después no pude ir a un Eempa porque tenía que dejar de lado a mi familia. Ahora que tengo el secundario a una cuadra, puedo seguir estudiando con mis hijos”, señala.

Retomó su educación media porque quiere obtener el título para poder ascender en su trabajo y procurar una mejor calidad de vida.

Realidad

Elba tiene la sonrisa plantada en la cara. Sin embargo, un mueca seria se le insinúa cuando habla de la realidad del barrio. “Hay muchos chicos que en vez de venir a la escuela andan por mal camino. Me gustaría que esta realidad cambie: que haya un polideportivo para que los chicos se entretengan y no estén en la calle. A veces pienso en irme del barrio porque tengo 10 varones y no sé si todos van a ser buenos como mi hijo Johnatan, que está terminando quinto año y se anotó en la Escuela de Policía”, sostiene.

Cuando el profesor de Historia, Luis Quintana, invitó a sus alumnos a participar del concurso, sólo Elba se entusiasmó con la idea y se embarcó en una encuesta. “Cuando bajaba el sol, caminaba el barrio para hablar con la gente sobre el voto y los políticos. Había personas que no me querían contestar y me cerraban la puerta en la cara; fue un sacrificio que hice porque no me sobra el tiempo”, advierte.

Democracia ¿para todos?

Su análisis de los 25 años ininterrumpidos de democracia tiene más que ver con la vivencia cotidiana en su barrio que con principios altivos y lejanos. “Para las personas de más de 60 años que entrevisté, la democracia empieza y termina en su casa porque ellos no existen para el gobierno, aseguran”, dice la estudiante.

El trabajo de relevamiento también incluyó a los adolescentes de 18 y 19 años que “estaban apurados por crecer y votar, pero se defraudaron un poco el día después de las elecciones”.

“Que el gobierno no mienta más -reclama esta mamá-; los que vienen a hacer política mienten a la gente ignorante que no tiene estudio o le dan un paquete de fideos y azúcar por un voto. Yo pienso que todos somos seres humanos y tenemos el mismo derecho de tener un trabajo y de elegir a nuestros gobernantes, pero no por interés”.

“Los políticos siempre se van en promesas y nunca hacen nada. Nunca vuelven al barrio después de ganar. Acá dijeron que iban a hacer las cloacas y no las han hecho, y hay cada vez menos seguridad”, añade la mujer, que nació en Santa Rosa y siente pena cuando su barrio aparece en los titulares mediáticos por temas como la violencia, la droga o la delincuencia.

 

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EL DATO

Dinero y un viaje

Al concurso de la Cámara de Diputados se presentaron 141 monografías, en dos categorías: estudiantes secundarios y universitarios. El primer premio que ganó Elba Villanueva consistió en 2.000 pesos que usó para pagar algunas deudas, aunque su deseo hubiese sido comprar una moto para ir a trabajar. También se hizo acreedora de un viaje para todo el curso destinado a conocer el Congreso de la Nación en Buenos Aires.

“Hoy en día no es fácil que los chicos estudien. A los míos los obligo a ir a la escuela. Quiero que terminen el secundario y si pueden que sigan más allá. Ellos, a su vez, me dan fuerzas para que yo estudie. Cuando tuve que dejar la escuela, me insistían para que la retome y hoy todos me apoyan mucho”.

Elba Villanueva

Alumna premiada

 

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