ARGENTINOS EN PARIS

01.10.2013 10:54

ARGENTINOS EN PARIS

 

 

 

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Decía el poeta Paul Valery que la historia esta hecha de mitos; de pensamientos a los que agregamos un valor esencialmente mítico y que representan lo que fue. Ahora bien, por algún extraño mecanismo de la historia, la ciudad de París forma parte de la mitología Argentina. Varias generaciones de sudamericanos creyeron ver en Buenos Aires el equivalente de la capital francesa de este lado del océano, y quienes gustan del tango saben que fue en París donde la música del puerto triunfo por primera vez.

 

Así es que el mito del argentino en París evoca situaciones y personaje tan dispares como el éxito de Carlos Gardel.

CARLOS GARDEL      Sin embargo, cuando por 1882 en su viaje Lucio Vicente López hace la descripción del argentino típico en parís, el rastaquouere o restacueros, el retrato del compatriota que por esos años comienza a hacerse notar en la capital francesa no puede ser menos feliz.     Frente al restacueros Rosales, existe otro arquetipo igual y contrario que también llega hasta nuestros días: el del argentino descubridor de los pintores impresionistas, el del bon vivant de gran refinamiento, el del hábil bailarín de tango.     Mas que el turista ocasional de paso por Francia, lo que aquí nos interesa son los argentinos que en buena cantidad se instalan mas o menos permanentemente en la capital francesa durante los años de la Argentina opulenta, aproximadamente entre1880 y 1945. A diferencia de los que podría creerse, los argentinos radicados son bastante heterogéneos en cuanto a sus actividades y su condición. Por cierto que el grupo que mas se hace notar es el de los hacendados que viven de sus pingues rentas, los músicos, los médicos, los escritores, entre otros. Los argentinos de todas las condiciones y clases llegaran a ser treinta mil en parís a mediados de los años veinte.  

Los Hacendados.     Europa, una tendencia que poco años después, con la aparición del buque frigorífico, adquiere proporciones económicas impensables tiempo atrás. El producto de estas exportaciones convierte a los estancieros en un grupo económico y políticamente poderoso. Su gravitación en la escena nacional se hace mas visible aun que en los tiempos de Rosas o de Mitre. 

Los Escritores.     Muy distinta fue la experiencia de los hombres de letras argentinos en parís. En ellos, mas que la búsqueda de una vida ociosa y hedonista, lo que privo durante su estadía en Francia fue el interés en acerarse a un nuevo mundo en plena ebullición por movimientos estéticos tales como el modernismo o surrealismo. A su vez , el contacto con el ambiente intelectual francés y cosmopolita al mismo tiempo supo despertar en ellos nuevas sensibilidades, y los llevo a tomar nuevos rumbos en la creación literaria, sin que por ello olvidaran sus propias raíces argentinas.     Hubo cuatro grandes escritores argentinos que quedaron particularmente marcados por su estadía en Francia. Ellos fueron Leopoldo Lugones, Ricardo Guiraldes, Olivero Girondo y Ernesto Sabato.  

Los Artistas Plásticos.     Los pintores, escultores y dibujantes argentinos que se formaron en parís en los años que estudiamos se cuentan por docenas, y la mayor parte de ellos tuvieron de regreso a la argentina una trayectoria muy distinguida. Entre ellos podemos mencionar a Rodolfo Alcorta, Alfredo Bigatti, Hector Basaldua, Raque Forner y Alberto Lagos, entre otros. A esta lista cabe añadir a unos pocos que llegaron a disfrutar de un gran reconocimiento ya durante su residencia en París. Nos referimos a los escultores Rogelio Yrurtia y Pedro Zona Briano. Rogelio Yrurtia considerado por los críticos como el mas importante escultor argentino de este siglo.  

Los Médicos.     La formación y posterior practica de nuestros médicos quizá tenga como precursor al doctor Ignacio Pirovano, alumno de Bernard, Pasteur y Pean, quien fuera considerado por generaciones enteras como la encarnación misma de lo que un buen medico debía ser: diligente, profesional de sólida formación, de gran cultura y caritativo con los pobres.     Podemos ver dentro de la vida de médicos que viajaron a París con el objetivo de perfeccionarse. Los domingos, únicos días libres, paseaban y visitaban a los museos. Durante la semana, el régimen de vida era simple: levantarse al alba y tomar el tranvía que los llevara a los distintos hospitales públicos de París donde ven operar a los mas grandes cirujanos del momento: El legendario Pean, Terrier y Paul Segond.

malevo_farol.gif El Tango en París.     Es difícil establecer con precisión el momento d la llegada del tango a Francia. Podemos señalar tentativamente el comienzo de su auge en parís alrededor del año 1907. Es en ese año que el músico y compositor Alfredo Gobbi se radica en la capital francesa, ciudad en la que permanecerá siete años, donde compondrá algunos de sus mejores tangos y donde nacerá su hijo. Pero el momento cumbre de la música del puerto tiene lugar algún tiempo después, en 1913. Una serie de hechos así lo prueban. Por lo pronto, basta con considerar las apreciaciones de la revista porteña P.B.T en su articulo de agosto de ese año, "Tangomania en París": "El tango, a pesar de las reflexiones de los moralistas y hasta de los bailarines de buen gusto, ha tomado en París el carácter de una verdadera obsesión. Según hace notar el cronista Frac Nohain, todo el mundo habla allí de ese baile; cada cual tiene su opinión sobre el tango, y si no la tiene, finge tenerla, pues en caso contrario se descalificaría, pasando por ignorante, distraído o inactual" .   

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