Andrade, Olegario Víctor
Andrade, Olegario Víctor
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Poeta y periodista, después de haber vivido con sus padres en la emigración durante la tiranía de Rosas, concurrió al regresar al país de Caseros al colegio de Concepción del Uruguay, junto con Julio A. Roca y Eduardo Wilde. Mientras estuvo en ese colegio, que abandonó en 1857, comenzó sus ensayos poéticos. En aquellos años de hostilidad entre Buenos Aires y la Confederación, Andrade se puso del lado de Urquiza y fundó El Porvenir y otros periódicos en Gualeguaychú para sostener la causa del Congreso de Santa Fe; la misma causa defendió hasta el Congreso de Belgrano en 1880 en La Tribuna Nacional y otros órganos de la prensa porteña. Sus artículos de esa campaña fueron recogidos en un volumen titulado Artículos Histórico-políticos (1863-1868) y publicados en 1919 y muestran como permaneció fiel a una orientación y un partido y cual era su estilo. Se ha dicho que algunos de sus poemas parecen arengas en verso y que algunos de sus artículos periodísticos parecen poemas en prosa. La influencia romántica de Victor Hugo es evidente. Se opuso a la alianza con el Brasil, combatió la política de Mitre. Vivió Andrade en varios pueblos del litoral, en Concordia, Concepción y Gualeguaychú, Paraná y Santa Fe; desempeñó algunos empleos oficiales; fue exonerado varias veces, sufrió estrecheces económicas y, consolidada al fin la unión nacional en la presidencia de Avellaneda, se estableció en Buenos Aires. |
Su nombre no tardó en ser bien conocido; composiciones suyas fueron premiadas en certámenes; se le consideró como el poeta nacional por excelencia; en ese período porteño escribió sus cantos más conocidos: El nido de cóndores, Prometeo, San Martín, Atlántida. Su amistad con Roca, presidente de la República, su ascendiente en la prensa y sus poemas le dieron gran popularidad y lo llevaron como diputado al Congreso de la Nación. La muerte lo arrebató en la plenitud de su sazón y truncó una obra de alto vuelo poético. A su muerte el gobierno decretó la adquisición y publicación de sus obras y con ello comenzó su gloria póstuma. El poema Atlántida fue premiado en unos juegos florales del Centro Gallego de Buenos Aires (1881) y anuncia el porvenir de la raza latina en América; en Prometeo ensalzó el triunfo del pensamiento liberado. Su nombre persiste por el énfasis y la prosopopeya de El nido de cóndores. Además de los nombrados, las composiciones El arpa perdida, La noche de Mendoza, San Martín, La libertad de América, Las Flores del guayacán, El consejo maternal, Las ideas, se cuentan entre su producciones más inspiradas. |
LITERATURA | |