ADRIANA ESTHER VALLE
ADRIANA ESTHER VALLE
NAVEGANDO SOLA...
...Y tocó su vientre; hinchado, parecía un tumor por el tiempo.
...Y tocó su vientre, una y otra vez experimentó la sensación de la nada y el vació, pero estaba tan colmada!, qué lo había hecho?, al menos cuando había decidido su vida con aquel hombre pensó, no sin esperanzas, que mejoraría para ella.
La sórdida melancolía de esas tardes impávidas frente a un espejo, ilusión de público que la admiraba, tenían que cesar algún dia, obligatoriamente...
¿ O acaso era esa vida la que le tocaba vivir, para siempre?, años y años vivenciando como su madre desgastaba sus jóvenes tiempos en un trabajo mezquino, sin futuros, sólo ese ayer, las necesidades mínimas; esas imágenes repetidas forjaron en ella la secreta intención que así, no.
Aunque las posibilidades eran vagas, pretendió, sin conseguirlo, la autorización de su familia para despertar a ese mundo que se le presentaba como un sin fin de posibilidades nuevas, donde todo estaba por hacerse y ella podría ayudar a transformarlo, sólo siendo protagonista.
El rechazo y la negativa fueron rotundas; nadie quería que la calle avivara sus ansias, que conociera lo distinto de allá afuera; aprehendiendo el exterior penetraría a su interior y eso no era bueno para una estructura familiar donde la incomunicación era el pan diario.
...Y ella no peleó; se avino a sus requerimientos, y se mantuvo en ese molde prefijado, del ""deber ser", y fue.
Por supuesto que la idea de enfrentar mandatos familiares tan fuertes, pasó por su cabeza unos instantes, pero se sentía muy diminuta para arriesgarse; y en el riesgo, qué hubiera pasado?, y por qué no?, pero no quiso escuchar su propia respuesta al asunto; habría que haber sido fuerte, y arriesgarlo todo; y reconoció su comodidad, y sus miedos.
La imposibilidad de lo nuevo fue centrándose en "el amor a su familia" al miedo a "perderlos "(y a perderse?), decisión que terminaría tomando igualmente años después, pero muchos, ya que los secretos mandatos del espíritu no pueden ser desoídos (oda una vida, si es que nuestro cuerpo, mutilado, nos deja tiempos para escucharlos.
La resolución de continuar bajo la égida familiar de su época, la hicieron seguir esa senda prefijada que todos los padres tienen, para con uno desde el instante mismo que se abren los ojos de su criatura al mundo. Pareciera como si al girar los ojos de ese nuevo ser generado en sus entrañas, y poderosamente por ellos, les diera el secreto derecho, inconfesable de dirigir sus vidas, actos, cesiones, afirmaciones y negativas; rayos invisibles que emanaran de sus pupilas se plasmaran en mensajes que sus vástagos trataran, casi siempre infructuosamente, de decodificar para cumplirlos y así convertirse en "queridos niños".
Pero la genética podrá o no perfeccionarse de esa manera, como nadie lo sabe, y por las dudas no se llegue a entender "que", el resto será indicado verbal o sutilmente.
Pero siempre queda un sector inmanejable, y realmente oculto, manejable por nadie, a veces ni siquiera por uno mismo, que pertenece a cada ser que funde su aliento con el resto de este mundo; zona entre neblinas, donde se encuentra la verdadera esencia de cada uno que nos hace distintos; muy poca gente se escucha, da trabajo infinito y luchar con nosotros mismos es tarea demasiado ardua de adentro y de afuera.
Así las sensaciones, ella se negó a escucharse; Tanto trabajo!, no, eso no es lo mío, acá estoy y acá me quedo, me acomodo en un lugarcito de este gran mundo, trato de almohadillar mis ancas y permanezco, incorruptible a los cambios, eterna...
Y ahogó sus ganas y las reservó para otros tiempos; y quedaron allí, hasta que algún hecho o alguien las despertara con una llamamiento hasta sus adentros, despabilándolas.
...Y se casó, como correspondía, joven para todo y demasiado; cumplir una etapa, o acaso la vida no seria nada más que eso?, que casi nunca entendemos?; etapas que las atravesamos, y luego de ello hay otras más por delante, quedando, con este descubrimiento, sumamente insatisfechos?.
...Y viajó, muy lejos, lo suficiente. Pasear por otros lugares la propia vida nos hace pensar, pero sino sabemos como interiorizar esos enigmas y darles respuesta, seguro fue tiempo perdido, agradable y simpático. '
...Y ella los gastó todos; al fin cada dia se presentaba idéntico al otro y cada vez menos futuro, como si se acabara a cada segundo!.
Pero si todo estaba por hacer, qué pasaba con ella, con ellos?.
...Y volvió a no darse respuestas; siempre era más fácil traspasar vidas ajenas, transformándose en la confidente más próxima, y a la vez la amiga más lejana, pero buena, considerada, con alegría para transmitir.
...Y siguió engañándose, hacia adelante siempre, donde los tiempos la llevaran.
A ese hombre sumamente puntilloso y exagerado, sabia como tratarlo, y aunque se esforzara en demostrar lo atribulada que estaba, o que esa situación ni él eran dignos de ella, en su corazón había algo más que "comodidad" hacia él , realmente lo amaba: tuvo que reconocer con los años, que la tolerancia, no fue un ritual practicado sólo hasta el infinito de sus fuerzas, como ella creía, había sido amor ¿cómo no darse cuenta?, pero se negaba a reconocerlo, hasta pensar en distintas formas de final que la liberaran.
,,. Pero ahora su vientre crecía y crecía, porque en realidad
no sabia; no sabia qué quería, sólo que ese diminuto ser en su
interior le despabiló los recuerdos, sus secretos, que ella se
había encargado de sofocar antaño.
... Y ahí tomó conciencia, Dios mío qué había hecho?, qué
estaba haciendo!, un hijo ahora!, cuando aún no he entendido
de qué va esto?!, qué llago? dónde voy?, y este hombre, pobre
hombre conmigo, no sabe lo que estamos haciendo, no entiende?.
. . Y su vientre se abultaba suavemente, y presentía menos que ella como una semilla que crece en una maceta demasiado escueta para sus raíces y porte a echar, su hijo empezaba a retorcerse de miedos, angustias y dolores que ya comenzaban
...Y entonces decidió; no seria ahora una etapa más en su vida, no, a esto no estaba dispuesta, implicaba otras personas que dependerían irremediablemente de ella, de ella?, acaso estaban todos locos?, o la demente era ella?, sabia que el mal estaba hecho, que había flagelado su vida por no animarse, que ese ser diminuto y desprotegido la necesitaría, y ella no podría darle nada...
Nadie transmite más que lo que aprende, y ella se había negado al conocimiento.
...Y decidió no padecer más.
Esa tarde, sin que él supiera nada, se fue de su casa y volvió cuando ya las luces se apagaban.
El seguía confiado, como siempre, sólo que la hora lo empezó a intranquilizar...
...Y si le había pasado algo?; las mujeres en su'"estado" a veces les da por hacer cosas "locas" o '-distintas", tan sensibles!!, o se desmayan sin saber porqué, al menos eso era lo que de oído había siempre escuchado, y lo repetía una y otra vez, como si se tratara de un envase frágil y delicado, pero sin cerebro.
...Y por fin llegó; la palidez de su rostro centró en él todas las preguntas.
Parecía como si una guerra interna se hubiera desatado y ella hubiese estado allí sola, peleando con poderosos enemigos que le presentaban armas tan sofisticadas que no le permitían defenderse...
...Y ni siquiera habló!, no quiso dar ninguna respuesta a las preguntas que a borbotones él le hacia, hasta terminar incluso
sacudiéndola, pretendiendo con eso hacerla reaccionar de su letargo"
Y no se movió; recién cuando él la soltó y se abandonó a su congoja de hombre que presupone lo peor, lo miró, desesperanzada, pero segura; anímicamente destruida pero con esa secreta satisfacción de haber, por primera vez, en su vida, decidido ella, por ella, mal, bien, ya no importaba; había sido ella, sola, si ""sola", bien abandonada a sus pobres instintos inmanejables y ocultos, y sin entender como en escasos segundos pasó por su mente, la idea y la concreción...
..Y sólo pronunció aquellas palabras que sirvieron para rescatarla; que recordaría para siempre cuando la culpa la taladrara con los años, cuando su propia hipocresía la envolvía nuevamente, como un ejercicio que se lleva a cabo solo y automático.
...Y lo miró muy fijamente, como traspasando su masculina naturaleza, tratando que él la comprendiera, pero sin esperanzas de conseguirlo.
Sintiéndose sola, por primera vez, dándose cuenta que siempre lo había estado y nunca había querido hacerse cargo.
Nunca nadie puede compartirse, como ella había pretendido, sino se tiene para ella misma primero, nadie puede brindar lo que no posee para si, saciar el hambre de otros si ella misma transitaba este mundo famélica y desesperada.
...Y levantó su ánimo, o lo poco que de él quedara y habló...
-No te asustes,... estoy bien..., solamente un poco cansada...., sabés una cosa,... hoy fui muy valiente..., no, no hace falta, que trates de sostenerme, yo puedo..., tendrias que estar orgulloso de mi, sabés..., muy orgulloso de tenerme... yo, no.'.. sé..., o mejor dicho, sé,... sé demasiado, ahora, si...fue muy arriesgado... dificil,... crei por unos instantes que no podia...., sabés, querido, hoy, yo sola.... salvé dos vidas...
LITERATURA |
LILIANA DE ZAMBOSCHI |