LA COMANDANCIA EN JEFE DE FRONTERAS

 

 

 

LA HISTORIA DE RECONQUISTA


LA COMANDANCIA EN JEFE DE FRONTERAS

  

 

LA COMANDANCIA EN JEFE DE FRONTERAS:

Tan pronto la hubo instalado inicia una rápida visita a los fortines de la línea de Santa Fe. La recorre desde San Javier a Vizcacheras.

Fechada en "Santa Fe", en mayo de 1870, Obligado se dirige al Inspector y Comandante de Armas de la República, Brigadier D. Emilio Mitre y entre otros tópicos de su larga exposición le manifiesta: "La frontera de Santa Fe tiene una extensión de 36 leguas, estando defendida por ocho cantones en una sola línea de Este a Oeste, apoyando su derecha en el río San Javier y la izquierda en el Cantón Capiguara (Capivara)" Describe los fuertes, comodidades, sembrados, etc. y añade: "Esta línea está guarnecida por el Regimiento Nro. 6 de Caballería de Línea, que consta de 145 plazas de las cuales están cumplidas sesenta y una con exceso, un escuadrón de indios de Lanceros de San Pedro de 79 plazas y un escuadrón de indios del Sauce de 75 plazas que forman un total de 301 hombres..."

Sus condiciones de estratega y los informes del Comandante Jobson que -según el ingeniero don Manuel Obligado en "La conquista del Chaco Austral"- "fue uno de los jefes que más lo secundó en la realización de sus planes", le hacen ver la necesidad de realizar la inspección a las otras líneas.

 

 

UNA CONTINUADA LINEA DE FORTINES:

 

Para lograr este objetivo era menester avanzar el costado izquierdo de la línea de Santa Fe hasta la parte norte del Monte Aguará y sobre el río Salado el de la línea de Córdoba a su frente.

Comenzó en los últimos días de junio de 1870 la operación con las fuerzas del teniente coronel Jobson y tras librar algunos combates con los indios, el 6 de julio la dejó establecida más al norte. Trasladó los cantones Lincoln, Vizcacheras, Ñanducitas y Capivara a sus nuevos sitios, realizando el movimiento sin dificultad.

Pasó a hacer lo propio con las fuerzas de Córdoba, pero la misma noche del día en que Obligado -acompañado por los tenientes coroneles Jobson y Racedo, de los comandantes José M. Pizarro y Rosario Pastoriza y del cirujano Máximo Rinaldi había llegado al acantonamiento del Fuerte General Paz len las cercanías de Suardi actual) llevando recursos para esas fuerzas que al día siguiente debían avanzar la frontera, estalló una sublevación. Eran las compañías de caballería e infantería de la guarnición de la frontera de Córdoba (guardias nacionales) que se negaban al traslado sobre  el Salado por terror a los indios.

Los sublevados dieron muerte al capitán Figueroa y dominaron por un momento la situación. La energía de Obligado y de los Jefes que lo acompañaron y la formación de un Consejo de Guerra que presidió el coronel Olmedo y aplicó las más severas penas militares los venció. La tropa comprendió la lección y fueron luego esos soldados eficaces colaboradores y defensores de la frontera.

Bajo las órdenes del teniente coronel Racedo se ejecutó el avance en cumplimiento del plan, se instaló la Comandancia sobre las ruinas del antiguo Fuerte Unión que se reconstruyó. Mientras, Obligado con las fuerzas destinadas a los fortines de la izquierda se trasladó desde Unión hasta Tostado,  trazando los intermedios. Ya está unida la línea de Santa Fe con la de Córdoba y ésta con la de Santiago del Estero, constituida en Comandancia de la izquierda de la frontera.

En resumen: triunfó Obligado en su pensamiento de la continuada línea sobre el río Salado, que abarcó una extensión de 545 kilómetros. Al par de esta acción realizó la designación de los jefes de las líneas de Córdoba y Santiago del Estero, teniente coronel D. Miguel Racedo y el coronel D. Agustín Olmedo, respectivamente, quienes con el teniente coronel D. Juan P. Jobson quedaban a cargo de las tres jefaturas que constituían la Comandancia en Jefe del Norte del Interior que se reorganizó con muchas dificultades.

Una medida que pudo tomar y que maduraba desde años atrás cuando ejercía la secretaría de la Inspección de Milicias fue el licenciamiento total de la Guardia Nacional que prestaba servicios en las fronteras de Santa Fe y Córdoba. Consideraba pernicioso el ejemplo de ineficacia y mala conducta de esas tropas para las fuerzas de 1ínea.

Época difícil. Las guarniciones lejanas carecían de medios de movilidad y recursos. Luchas civiles y la guerra con el Paraguay exigieron el máximo sacrificio por parte del Gobierno Nacional, con abandono de las fronteras. Por eso Obligado halló desmoralización por doquier hasta el punto de tener que reprimir tres sublevaciones, de una de las cuales nos hemos ocupado.

Todas estas dificultades y la necesidad de una ayuda por parte del Gobierno Nacional, con el fin también de poder aumentar las dotaciones de las fronteras hicieron que el coronel Obligado elevara una carta-petitorio al presidente Sarmiento.

 

 

CARTA-PETITORIO  AL PRESIDENTE SARMIENTO:

Con la claridad y energía acostumbrada el Comandante en Jefe se dirige al primer mandatario. Este le hace saber que nada puede hacer en favor de mejorar la situación y le insta a continuar su sacrificada acción en la frontera. Transcribimos el texto de la respuesta presidencial fechada el 25 de septiembre de 1870. Dice así :

"Sr. Coronel Dn. Manuel Obligado.

"Estimado amigo:

"Recibí su carta conducida por Don Régulo Martinez y me he impuesto con el detenimiento que se merece de su contenido"

"Es verdaderamente sensible que el Gobierno se halla atado de manos para poder acordarle lo que Usted con tanta justicia pide. La resolución única que puede tomarse en la materia, la lleva el mismo Sr. Martínez"

"No hay razones capaces de variar los hechos, y toda la fuerza de razonamiento que aduzca Ud. y que el mismo Gobierno encuentra justas, no puede hacer que éste se halle en aptitud de dar lo que no tiene ni disponer de aquello que no le ha sido concedido por el Presupuesto"

"Es de toda necesidad limitarnos a lo que tenemos y que los Jefes de Fronteras se ajusten en sus operaciones y planes de defensa a los únicos recursos de que el gobierno puede disponer"

"Nadie está más convencido que yo de la necesidad que hay de reforzar las guarniciones de frontera y al efecto se han presentado pro proyectos al Congreso que deben ser despachados este año. Pero, desde que actualmente no tenemos más soldados para hacer la remonta, es necesario que nos resignemos y sigamos supliendo al número con nuestra decisión y buena voluntad"

"Por lo demás, Usted debe estar seguro de que el gobierno aprecia debidamente el celo, la inteligencia y la asiduidad con que Usted se ha contraído al mejor arreglo y defensa de la frontera, y que espera de su acreditado patriotismo que, convenciéndose de la necesidad que fuerza al gobierno a dar la resolución indicada, seguirá prestándole en aquella frontera los distinguidos Servicios que hasta hoy le ha prestado. Con esta confianza me repito de Usted affmo. amigo (D. F. Sarmiento)"

Tal la resolución superior. No se decepcionó ante las dificultades a las que con patriotismo y tenaz espíritu de lucha, iba subsanando, por otra parte halló eficaz colaboración.

 

 

 EFICAZ COLABORACION:

Someter a la indiada por medios pacíficos procurando su reducción en era un anhelo de Obligado, decidido sostenedor de esta política de Alsina, en contraposición de la de Roca. Raza casi vencida y que había sido dueña de este suelo donde vagaba errante, merecía la consideración de seguir viviendo en él acorde con la nueva tónica de civilización que iba expandiendo en el dilatado ámbito chaqueño. La bondad vencería veces al ímpetu salvaje. Y fue así como la Cruz doblegaría la furia de las lanzas. Es innegable -y la historia no puede soslayarla- la colaboración  que el misionero prestó en este norte bravo en la conquista del desierto. Hay, entre meritorios frailes del Convento de San Lorenzo, una trilogía dignísima: el Prefecto de Misiones Fray Antonio Rossi; el P. Bernardo Trippini, capellán de la frontera y también primer cura de Reconquista, y el "mártir del norte" Fray Hermete Constanzi.

Al P. Hermete Constanzi lo encontramos en esta época en San Javier. Penetraba en los tupidos bosques y, así arriesgando, obtuvo memorables reducciones, entre ellas la del cacique Mariano Salteño, para llegar a cuyo campamento el misionero debió recorrer cien kilómetros y pasar allí varios días de parlamento. Tras esta acción, y al cabo de dos o tres viajes más, el temible mocobí se redujo con quinientos indios.

No menos arriesgado fue el Padre Bernardo Trippini que al poco tiempo de estar -como hemos visto- en Belgrano, con la indiada que trasladó de San Pedro, se internó en el desierto y obtuvo la reducción del cacique Valentín Tioti con trescientos indios.

Con la indiada de estas dos expediciones se fundó el 23 de junio de 1870 la misión en el Cantón San Martín a cargo de los padres Bernardo Arna y Jerónimo Marchetti.

Pero el gran triunfo de esa acción fue el sometimiento del terrible mocobí, el cacique Mariano Salteño.

(Continuará)