LA RECONQUISTA

Durante el año 1872, los indios con sus malones y correrías, realizaron varias intentonas, atacando diversos fortines. Pese a esos incidentes, el Coronel Obligado, tenía el propósito de reducir a los indios de esta zona por medios pacíficos.

Teodoro Almirón, fue un santafesino proveniente de la Capital de la provincia. Desde joven participó en las luchas políticas, que por entonces eran cruentas. Sentenciado por su militanciadebió huir para salvar su vida, internándose en los bosques y conviviendo con los indios, entre los que adquirió inmenso prestigio, al punto de ser respetado como el "Cacique Bailón".

El Coronel Obligado le obtuvo el indulto a Teodoro Almirón, y entonces se encuentra pese a su avanzada edad, como fiel colaborador del Jefe de Fronteras.

Los arriesgados proveedores, contratados por el gobierno, fueron los señores Malbrán y Funes, bajo la garantía de los señores Lezica y Madero. Transportaban las provisiones en carros y arreos de ganado en pie y proveían a los fortines, los militares y sus familias.

Las Fortineras. Atrayentes y elegantes en las danzas folklóricas, llenas de fervor patrio en su idealización, en la vida real fueron mujeres sufridas que acompañaban al soldado en los fortines y dieron a la patria sus energías, y hasta llegaron a colaborar en las fundaciones de las ciudades.

Los colonos de la extinguida Colonia Ausonia, desidieron volver a su destruida colonia, a la márgen izquierda del arroyo. Don José Vatry, gestionó una nueva conseción de tierras, que por Ley de Cámaras del 28 de septiembre de 1872, promulgada por el presidente Sarmiento el 5 de Octubre del mismo año, obtuvo doce leguas cuadradas`para establecer una colonia agrícola. Y así fue como retornaron a El Rey los animosos colonos, cuya dedicación especial fue la explotación de las ingentes riquezas forestales. La colonia fue llamada "Vanguardia" y con ese nombre se conoció el aserradero que se instaló.

Esta colonia generó bienestar para Reconquista; como las tropas y provedurías no cobraron durante cuatro años sus haberes, el coronel se vió obligado a permitir que por secciones, los soldados trabajasen en el obraje vecino para que pudieran vestirse.

En el "Vanguardia" un señor Andrieu sustituyó a don José Vatry y creyó más económico y fácil para cargas y maniobras tener la administración y el aserradero en el Puerto. En "El Rey" quedaron los obrajes.

En 1875, una gran crecida del Paraná, arrasó el aserradero, perdiéndose así tanto anhelo y esfuerzo.