ANDRÉS STANOVNIK

 

 

 

Andrés Stanovnik, OFM, obispo de Reconquista

“... LO RECONOCIERON AL PARTIR EL PAN”  (Lc 24, 35)


Mensaje de monseñor Andrés Stanovnik, OFM, obispo de Reconquista,
para la Pascua 2004


“Te digo que nací de nuevo”, solemos decir cuando escapamos de alguna situación límite, como podría ser un accidente o una enfermedad grave. Si a propósito de esa experiencia tuvimos la posibilidad de reflexionar sobre ella, añadimos: “La verdad que ahora, mi vida ya no es la misma de antes”.

Cuando nos encontramos con Jesús, vivimos con Él el paso de la muerte a la vida. Podemos decir que hacemos con Él la experiencia de la Resurrección. Por eso, cuanto más nos acercamos a Él, más sentimos que nuestra vida ya no es la misma de antes y por nada volveríamos para atrás.

La libertad, la alegría y la paz que nos vienen del Resucitado, colman ampliamente los anhelos del corazón humano. En el horizonte de la vida del cristiano ya no está la muerte, sino la vida. Por eso el creyente en Jesús vive en la esperanza y no hay nada ni nadie que pueda arrebatársela.

En estos días recordamos el camino que hizo Jesús hacia la Resurrección. En la Última Cena partió el pan y repartió la copa a sus discípulos. Al día siguiente, entregó su cuerpo y derramó su sangre en la Cruz. En la mañana de Resurrección, los suyos “lo reconocieron al partir el pan”. A partir de aquel momento, sus vidas cambiaron totalmente. La tristeza se convirtió en alegría y el desaliento dejó lugar a la esperanza.

Desde entonces, los discípulos de Jesús, varones y mujeres, lo reconocemos y lo celebramos al “partir el pan” en la Eucaristía. Así entramos en profunda comunión con Él y con todos los que participan en la mesa eucarística. Esta experiencia nos cambia totalmente la mente, el corazón y el rumbo de nuestra vida. 

Jesús nos invita hoy a hacer con Él el camino de la Cruz que lleva a la Resurrección. Los que creemos en Jesucristo celebramos este misterio de profunda unión con Él en la Iglesia al “partir el pan”. Esta experiencia de comunión y solidaridad nos hace misioneros para construir nuestra convivencia ciudadana más solidaria, más justa y más fraterna.

El X Congreso Eucarístico Nacional, mientras nos invita a adorar el maravilloso misterio de Jesucristo vivo y presente en el Sacramento de la Eucaristía, y enciende en nosotros el deseo de unirnos cada vez más a Él, también nos hace caer en la cuenta de cuánta necesidad tenemos de que Él sea el centro en la vida ciudadana de los católicos.

Estamos caminando hacia el Gran Jubileo Diocesano con el deseo de evocar con gratitud nuestro pasado, vivir con pasión nuestro presente y caminar en esperanza hacia adelante. Queremos hacer este camino pascual mirando a Jesucristo vivo y reconocerlo en la “fracción del pan”, adorarlo en el Santísimo Sacramento, compartirlo y servirlo en nuestros hermanos y hermanas más pobres.

Entonces vamos a sentir que renacemos y que nuestra vida ya no es la misma de antes. Atraídos irresistiblemente por la fuerza del Espíritu Santo, creemos que es posible transformar el mundo a través de nuestros corazones transformados. Convenzámonos de que ninguna estrategia económica, política o inclusive religiosa puede dar buenos resultados si no está sostenida por personas, cuyos corazones se dilaten en la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.

A todos les deseo una santa y feliz Pascua de Resurrección.


Mons. Andrés Stanovnik, obispo de Reconquista

 

 

 

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