VANGUARDIA

 

 

Extraído del libro "LA COLONIA NACIONAL PTE.AVELLANEDA Y SU TIEMPO" lra. Parte, del Doctor Manuel I. Cracogna


 

LA COLONIA VANGUARDIA

 

 

Tan pronto el coronel D. Manuel Obligado fue designado comandante en jefe de la Frontera Norte, Norte de Córdoba  de Santa FE  y Santiago del Estero, por acuerdo del Presidente Sarmiento, el 13 de enero de 1870, se tuvo la idea de instalar una nueva línea de fortines, más hacia el norte de su emplazamiento en San Javier y la costa del Salado, de manera de rescatar del dominio indígena un basto territorio santafesino.

 Desde la comandancia del fuerte Belgrano, a orillas del Salado, y más tarde desde la nueva sede en San Pedro, al sudeste de Calchaquí, el coronel Obligado vigilaba los movimientos de los indios depredadores y protegía las nuevas colonias de las costas del San Javier, California y Alejandra.

 Con escasez de medios, de manera especial de caballos, el jefe de la frontera cumplía su misión e insistía en la manera de avanzar hasta el arroyo El Rey con los destacamentos, empujando a los indios más hacia el norte.

 Fue en enero de 1872 que sus gestiones tuvieron aceptación y de dispuso a organizar la expedición para un avancé decisivo para la con costa del norte santafesino.

 Al frente de tropas, el coronel Obligado llego a reconquista adonde estableció su jefatura. Fue el 27 de abril de 1872, fecha que a quedado fijado como fundación de la actual cabecera del Dpto. Gral. Obligado.

 Este acontecimiento de gran trascendencia a sido descrito, con incuestionable fundamento histórico, por la autorizada pluma del incansable investigador D. Manuel Roselli, en cuyos capítulos de su “Historia de Reconquista” se pueden encontrar amplios y amenos relatos sobre esta epopeya que significo la incorporación del Chaco austral al mundo civilizado saturada de penurias y heroísmo de ese puñado de valientes y abnegados representantes de las fuerzas de la patria que abrieron picadas en el inmenso verde simbolizado en los agrestes y tupidos bosques seculares.

 Con el establecimiento de la base de operaciones de la Frontera Norte en Reconquista, se vio cumplida la esperanza de algunos hombres de la desaparecida Ausonia de retornar a la frustrada colonia para continuar en las actividades, con la seguridad y la garantía de las fuerzas nacionales.

 Fue el mismo Sr. Vatry quien logró la concesión de tierras en la orilla izquierda del Rey. Si bien las condiciones no difieren mayormente de las otorgadas al Sr. Tripoty, creemos oportunos transcribir el texto de la ley respectiva, que con el Nº 557, fue sancionada por el congreso el 28 de septiembre de 1872 y que dice así:

 “Articulo 1·. Concédese a D. Jose Vatry doce leguas cuadras o sean dos de frente de sud a norte, partiendo del arrollo del Rey, frente al antiguo pueblo de San Gerónimo; y seis de fondo, de este a oeste, en la misma área  de terreno concedida D. Sabino Tripoty, por ley del 17 de septiembre de 1869, cuya concesión ha caducado. Art. 2·. El concesionario queda obligado a establecer una colonia agrícola, bajo las condiciones siguientes: la. Don José Vatry se compromete a introducir y establecer en el área concedida, setenta y cinco familias agricultoras, debiendo constar una con otra de cinco personas;  2a. La introducción y establecimiento de dichas familias, se hará en el término de tres años, a contarse desde la fecha de esta concesión a razón de veinte y cinco familias por año; 3a. Los títulos de propiedad de las tierras, serán extendidos anualmente en proporción al número de familias que introduzca, quedando sin efecto la concesión, si no hubiese introducido ninguna en el primer año. 4a. Don José Vatry cederá gratis a cada familia, una área de tierra de veinte y cinco cuadras, de ciento cincuenta varas. 5a- El Poder Ejecutivo nombra cada -año una persona que inspeccione la Colonia, e informe sobre el cumplimiento de las obligaciones contraídas por el empresario, después de lo que según el resultado, se le extenderán los títulos que se expresan en la cláusula; 6a. Pero si dichas condiciones no se hubiesen cumplido, por fuerza mayor ocurrida en la Colonia, como incendio, devastación de indios u otras, no le causará perjuicio al concesionario; 7a. En el lugar más aparente de su posición y a elección del Poder Ejecutivo, D. José Vatry delineará un pueblo de cien manzanas cuadradas, diez por costado, de cien metros cada una, y con calles de veinte metros de ancho. Los solares serán de un cuarto de manzana, y se concederán gratis a todos los que quieran establecerse en ellos después de reservar los necesarios para edificios de oficinas públicas; 8a. La mensura de los terrenos será hecha por agrimensor nombrado por el Poder ejecutivo, y de cuenta del concesionario; 9a. El Poder Ejecutivo nombrará oportunamente las autoridades de la Colonia. Art. 3° Comuníquese al Poder Ejecutivo" (1). Esta ley caducó el 25 de enero de 1891.

 En la época que nos referimos, se hallaba en auge el otorgamiento de  terrenos en forma harto generosa, como ya lo hemos puntualizado en otro capítulo, sin que su destino, muchas veces, haya sido para beneficio de la colonización. Aquí ocurrió algo similar ya que según documentos (Ley N ° 643, del 30/9/1873), a una firma titulada Burckhardt y Cía, le fueron concedidas l00 leguas cuadradas (10x10) hacia el norte de la concesión Vatry, es decir un terreno que se extendía desde El Timbó hasta Las Garzas.

No hay más noticias de esta concesión. Se sabe, ya que informa el registro de leyes, que la concesión caducó en misma fecha que la de Vatry.

 La Comisión Exploradora del Chaco que cumplió con su cometido en primeros meses de 1876, en unos párrafos de su informe se refiere a los terrenos de la concesión Vatry, que según la ley debía destinarse a una colonia agrícola. No sucedió tal cosa. En cambio se hace saber que: "La colonia todavía no se ha establecido y no se descubre en toda el área un sólo establecimiento agrícola; pero en cambio la compañía ha fundado un aserradero dotado de todo lo necesario, con sierras circulares y perpendiculares y dos máquinas a vapor, que con su silbato ahuyentan a los salvajes, haciéndolos guarecerse en las selvas lejanas"(2).

Del informe de dicha comisión puede deducirse que el aserradero era importante ya que ocupaba más de cien personas, gran parte indígenas, ' y las maderas que producían se destinaban a la exportación para Buenos Aires "por sus propietarios los señores Cerf, Vatry y Cía. de esta última plaza". Menciona además al "actual director Mr. Andrieux". El aserradero se denominaba "Vanguardia" y la proyectada colonia llevaba el nombre según se indica en un mapa de la comisión.

 Para la incipiente población de Reconquista, el aserradero constituyó una industria que generaba bienestar. D. Manuel Roselli nos recuerda en su obra que las tropas no cobraron haberes durante cuatro años y que el Coronel Obligado "se vio obligado a permitir que, por secciones, los soldados trabajasen en el obraje vecino para que pudieran vestirse; las imaginarias entregaban el uniforme en el cambio de guardia, por ser el único en buen uso” (3)

¡Qué tiempos de indigencia?

 El aserradero, por considerarlo más cómodo y práctico, el director lo trasladó al Puerto. Fue un error, porque el Paraná se encargó de demostrarlo con la gran creciente de 1878 (creemos más aceptada que la de 1875), una de las más grandes del siglo pasado, cuyo nivel de las aguas fue sólo superado por la de 1905. La fuerza de la corriente dio cuenta del y produjo el éxodo de los trabajadores.

 Según indicios, el primer asiento del aserradero, se hallaba a unos 300 metros al sur de la casa del Sr. Aldo Cian. Allí se han encontrado hace años unos restos de sierras. Y según una fotografía aérea de 1957, puede ubicarse la señal de un foso, que al decir de los antiguos, rodeaba el aserradero como barrera contra una posible incursión de los indígenas.

 Las adversidades no permitieron que prosperara una nueva colonia  y esta primera industria en el norte de Santa Fe. Todo quedó perdido y su existencia pasó casi desapercibida, como un difuso jalón de nuestra historia lugareña .

 

 BIBLIOGRAFIA

(1) COLECCION DE LEYES NACIONALES. t III

(2) ARTURO SEELSTRANG.  Informe de la Comisión explotadora del Chaco, p.83 IIa. Ed. EUDEBA, Bs.As. 1977.

(3) MANUEL ROSELLI. Historia de Reconquista, p.86

 

 

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