Hno. Vittorio M. Cordero

 

Hno. Vittorio M. Cordero

 

TEXTO QUE CORRESPONDE AL LIBRO "BAJO EL SIGNO DE LA FE" DEL PROFESOR VICTOR J. BRAIDOT

 

El Hno. Victorio M. Cordero nació en Turín, Italia, el 8 de agosto de 1892 en el hogar de don Juan, un capitán del ejército, y de doña María Lombardo.


En 1929 llegó a la Argentina y se radicó en San Antonio de Obligado. Al año siguiente -el 19 de octubre de 1930- se incorporó a la comunidad religiosa de los Siervos de María en Avellaneda.

 

El 19 de abril de 1933 inició el año de noviciado, el 26 de julio de 1934 hizo su profesión simple y el 7 de agosto de 1938 su profesión solemne. Un mes más tarde se trasladó a Las Toscas donde permaneció hasta el 17 de febrero de 1940 en que regresó a Avellaneda para incorporarse al plantel de maestros del flamante Colegio Parroquial. 


Quizás no había sido preparado para ser educador pero enseñaba las materias con singular dedicación.


Formado en el seno de una familia de gran disciplina y conducta intachable, impuso también estas condiciones entre los alumnos del colegio. Fue un genial artesano pues era tornero recibido lo que le permitió trasmitir a los alumnos esa especial vocación por los trabajos manuales sobre todo en lo relativo al calado de la madera terciada. Al mismo tiempo fue un notable matemático que logró en sus alumnos esa capacidad de comprender temas aún pertenecientes a los programas de las escuelas secundarias.


Despenó el interés por el juego de ajedrez y el básquetbol organizando encuentros memorables. Preparó las tradicionales "veladas" de fin de año en las cuales los alumnos se lucían con la interpretación de poesías y obras teatrales por él proporcionadas y guiadas, con vestuarios especialmente traídos desde Buenos Aires y la técnica de la caracterización de los personajes, elaborada por él mismo.


Su pasión, casi su razón de ser, fue la Educación Física. Empleaba buena parte de su tiempo en enseñar gimnasia y los fundamentos de distintas disciplinas deportivas que luego eran exhibidos a la comunidad en los tradicionales "festivales gimnásticos", por los alumnos vestidos todos de blanco con vivos celestes, donde eran protagonistas también los bastones, las clavas, los trampolines, las barras paralelas, los apoyos, las anillas, las pirámides humanas, los saltos con garrochas, los saltos en alto, y tantos otros que eran la delicia de todo el pueblo que se congregaba en el patio parroquial.


En su labor docente era digno de destacar su iniciativa de entregar premios mensuales y anuales a los alumnos que tenían asistencia perfecta, y a quienes se destacaban en estudio, conducta y religión, otorgando también las clásicas medallas con la cinta celeste y blanca que el alumno sobresaliente en cada grado portaba orgulloso durante el período que le correspondía.


A los veinticinco años de actividad ininterrumpida en el Colegio Parroquial "Nuestra Señora de la Merced" se entregó contento por haber cumplido. Murió el 2 de noviembre de 1964, a los setenta y dos años de edad.


En su homenaje se colocó una placa recordativa junto a la puerta de entrada del "grado de la campana", de aquella campana que aún existe y que en sus manos sonaba una vez para que todos los alumnos se detuvieran inmediatamente en sus lugares, en el recreo, y la segunda vez para que cada uno y en forma ordenada se dirigiera rápidamente a los salones. La placa dice: "Aula Hno. Victorio, 1940 - 1964. Tus ex-alumnos".


VIVENCIAS PERSONALES CON EL HERMANO VITTORIO - Texto de Homero Alcibíades Raceto

 

 

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