LOS SACERDOTES FRANCISCANOS

 

 

LOS SACERDOTES FRANCISCANOS


TEXTO QUE CORRESPONDE AL LIBRO "BAJO EL SIGNO DE LA FE" DEL PROFESOR VICTOR J. BRAIDOT



El primer Colegio Franciscano de Propaganda Fide (misiones que se dedicaban con preferencia a la conversión de los indígenas) en el Virreinato del Río de la Plata, fue promovido por el P. Juan Matud, obteniendo para el Colegio de Misioneros
Franciscanos, la antigua capilla y casa de San Miguel de Carcarañá que había pertenecido a los Sacerdotes Jesuitas, mientras gestionaba la erección canónica del nuevo Colegio.

La muerte del P. Matud paralizó un poco los trámites hasta que el Consejo de Indias promovió el asunto por propia iniciativa y el Rey por Real Decreto, erigió un Colegio de Misioneros en la antigua Casa de San Miguel.

Designados los religiosos para formar la comunidad, el 27 de julio de 1786 se fundó definitivamente el Colegio.

Inmediatamente los sacerdotes comenzaron a ejercer su ministerio entre los indígenas, pero sin tener ninguna Misión a cargo "porque religiosos de otras ordenes tenían a su cuidado las antiguas, que fueron de los RR.PP. Jesuitas".

Se menciona, por ejemplo, en algunos documentos, que en 1795 el P. Luis Gómez, de los Mercedarios, atendía las Reducciones de Espín y San Jerónimo, cuya actitud, en su viaje a Santa Fe, no agradó al Comandante de Armas quien solicitó al Virrey, don Pedro Melo de Portugal, que gestionase ante las dos comunidades religiosas -Mercedarios y Franciscanos- que la Reducción de San Jerónimo (y también la de Espín, por supuesto) fuera atendida por los Misioneros del Colegio Franciscano de Propaganda Fide que comenzó en Carcarañá, luego trasladado a San Lorenzo bajo el patrocinio de San
Carlos, "en homenaje al Rey Carlos III que aprobó la resolución de la Junta de Temporalidades que destinó la antigua capilla y casa que habían sido de los jesuitas, al Colegio de San Carlos, Primer Colegio Franciscano de Propaganda Fide en el
Virreynato del Río de la Plata ".

El 6 de diciembre de 1797 se efectuó el nombramiento de los sacerdotes que se harían cargo de las reducciones, mencionándose a Fray Ramón Miguel para San Jerónimo del Rey, quien llegó acompañado por el Hno. Francisco del Arco, el 7 de febrero de 1798, y quien fuera el encargado de realizar el inventario de la misma.

Al enumerar los objetos encontrados en la capilla, los Sacerdotes Franciscanos dejaron constancia de que allí había "un lienzo de pintura basta que cubre todo el mojinete del altar, de alto a bajo y de costado a costado con la imagen de San Hierónimo
de principal, al lado derecho la de SAN PEDRO NOLASCO, al izquierdo la de SAN RAMON NONATO, y en la eminencia la de NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES, al lado derecho Ntra. Sra. de los Dolores, y al izquierdo San Juan Evangelista ".

Como se puede apreciar, la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes era venerada por los aborígenes a quienes los Sacerdotes Mercedarios inculcaron esta devoción hacia su Santa Patrona.

Le sucedieron luego los PP. Juan Antonio Jorge, Miguel Gorostidi, Juan Ignacio Aispurúa y Pedro García. Como dato ilustrativo cabe informar que éste último era guardián del Convento cuando se produjo el Combate do San Lorenzo protagonizado por el Gral. San Martín.

Estuvo aquí hasta fines de ese año, sucediéndole en el cargo el P. Juan Antonio Jorge hasta el 31 de diciembre de 1804 en que ocupó su lugar el P. Juan Ignacio de Auspurúa.

Nombrado éste Guardián del Colegio, volvió para sustituirlo el P. Juan Antonio Jorge el que, nombrado Prefecto de Misiones, continuó atendiendo la Reducción acompañado sucesivamente por los PP. Pablo Jualián Carrascosa y Martín Gorostidi, hasta agosto de 1811 en que fueron sustituidos por los PP. Francisco Arellano y Pascual Serrano.

Sobrevinieron los conocidos hechos relacionados con la guerra por la independencia de nuestro país y esto de alguna afectó a las reducciones. Hubo indígenas que aprovecharon para invadir estancias y robar hacienda, hasta que en agosto de 1814 fue
muerta una partida de indígenas mansos por parte de una compañía de Blandengues a cargo del Capitán López.

Esto provocó una sublevación general de las poblaciones mocovíes cuyos habitantes asolaron el Chaco. Los abipones de San Jerónimo del Rey, a pesar de no tener misioneros desde 1815, permanecieron fieles, pero en 1818 la reducción fue arrasada
por los tobas y los sobrevivientes emprendieron una dramática huida hacia San Javier y Santa Lucía (Corrientes).

En 1824, a pedido de los indígenas, el gobernador de Santa Fe, Brigadier Gral. Estanislao López, los recibió y los ubicó en el Cantón "El Sauce". Como llevaron la imagen de su santo patrono San Jerónimo, el lugar se llamó San Jerónimo del Sauce.
 

Del libro "Bajo el signo de la Fe" del Profesor Víctor Braidot se resumen los antecedentes en los siguientes títulos:

Bien documentado, el profesor Víctor J. Braidot, hace una reseña histórica que arranca con la fundación de la Reducción de San Jerónimo del Rey, para explicar como se llega a venerar como Patrona de Avellaneda a Nuestra Señora de Las Mercedes.

 


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