LOS SACERDOTES MERCEDARIOS

 

 

LOS SACERDOTES MERCEDARIOS.


TEXTO QUE CORRESPONDE AL LIBRO "BAJO EL SIGNO DE LA FE" DEL PROFESOR VICTOR J. BRAIDOT


Apenas conocida la noticia de la expulsión de los Sacerdotes Jesuitas, Joaquín Maciel, Teniente de Gobernador, Justicia Mayor y Capitán de Guerra de Santa Fe y su jurisdicción, "comisiona a Pedro Mihura, vecino de esta ciudad para que sin dilación pase a los pueblos de San Javier San Jerónimo y San Pedro de mocovíes y abipones de esta jurisdicción que están a cargo de los Jesuitas, para que bajo inventario se reciba y los entregue a los curas electos, dando cuenta de lo obrado". En el caso de San Jerónimo del Rey, tomó posesión de su cargo el sacerdote del clero secular P Francisco Reyes el 2 de agosto de 1767.

Con la ausencia de los Jesuitas, se sucedió una serie de luchas entre los indígenas, sobre todo entre abipones y mocovíes, lo que obligó a los militares a organizar frecuentes expediciones con el objeto de apaciguar los ánimos y evitar el peligro sobre las poblaciones del sur.

Los abipones, triunfantes en muchos de esos encuentros sangrientos, fueron relajando las costumbres adquiridas en la Reducción y volvieron paulatinamente a su antiguo sistema de vida.

La partida de los Jesuitas se hacía sentir aunque las Reducciones habían quedado a cargo de sacerdotes de otras órdenes que, por ser nuevos, no tenían la suficiente ascendencia sobre los indígenas y no dominaban su idioma. Eso provocó, según los diputados que en 1780 acudieron al Virrey, la pérdida de la paz, la tranquilidad, las costumbres y los inmensos sacrificios de todo orden que costaron a los santafesinos.

Pero volvamos un poquito hacia atrás en nuestra historia . El 16 de marzo de 1769 se hizo conocer el contenido de una carta del P. Ambrosio  Martínez de Santa Cruz quien da cuenta de que en el mes anterior se incendió el pueblo de San Jerónimo.

El 25 de noviembre de 1769 llegó el P. Mariano Ferreyra como "compañero de cura ", quien, poco tiempo después, se quejaba ante las autoridades de que no se le daban los auxilios necesarios para la celebración de la Misa y su subsistencia.

El 9 de setiembre de 1771 llegó a San Jerónimo el P Bartolomé Reyes.

Mientras tanto comenzaban a observarse las hostilidades entre los pueblos indígenas -pillajes, robos de hacienda, incendios-, como una especie de venganza de pasados agravios, sobre todo del cacique Paihín contra el cacique José Benavídez.

Impedido de continuar en su cargo "vista la discordia que sembró en estas reducciónes el infiel cacique Paihín", el P. Bartolomé Reyes fue relevado del mismo.

El 26 de agosto de 1775 se informaba "que el P jubilado José Fermín Montenegro marcha para hacerse cargo del oficio de cura en la reducción de abipones de San Jerónimo", pero en nota del 7 de junio de 1776 se mencionaba que se "solicitó el cambio del P Bartolomé Reyes, cura del pueblo de San Jerónimo de abipones, por lo que el P Maestro José Joaquín Márquez, provincial de la Merced, lo reemplazó por el P. Blas Brite" en forma interina.

Para acompañarlo, como cura titular, llegó el P. José de Córdova, nombrado mediante el oficio del 6 de octubre de 1776.

El provincial Pedro Nolaso Melgarejo "vista la necesidad de proveer de cura doctrinero del pueblo de San Jerónimo de abipones por remoción del P José Córdova" presentó tres candidatos al Virrey Juan José de Vertiz quien nombró y eligió al P. Blas Brite.

Muchas escaramuzas se produjeron en todo ese tiempo hasta que el 19 de junio de 1779 se firmaron las capitulaciones para establecer la paz.

Mientras tanto se pidió que no se alejara de la reducción el P. José Córdova quien debió continuar en su puesto a pesar de una posterior renuncia de su parte por razones de salud.

El 3 de abril de 1782 el P. Blas Brite, se presentó al teniente gobernador Melchor Echagüe y Andía, manifestando haberse visto "obligado a abandonar aquel pueblo en el que hace más de un año está sin compañero alguno" con el objeto de pedir ayuda para evitar la dispersión de los indígenas.

El lº de noviembre de 1782 fue nombrado como compañero de cura el P. Bruno Hemández, predicador jubilado.

El 6 de marzo de 1783 se informaba sobre el surgimicnto de la solicitud de las paces entre mocovíes y abipones, pactadas en San Jerónimo, aunque estuvierun ausentes algunos caciques rebeldes, lo que hacía suponer la continuidad de los enfrentamientos.

El 6 de diciembre de 1783 se comunicaba el nombramiento de Fray José Córdova y Fray Isidro Cáceres, como coadjutores de los curas de San Javier y San Jerónimo.

Gravemente enfermo, el P. Blas Brite viajó a Santa Fe donde falleció el 8 de setiembre de 1786. En su reemplazo , interinamente, fue nombrado el P. Apolinario de la Llana, pero habiendo pasado un tiempo regresó a Santa Fe pretextando una enfermedad.

En virtud de ello fue enviado entonces el P. Lorenzo Casco pero éste abandonó la reducción, dejándola sin asistencia, según un informe del 6 de agosto de 1789, también con el pretexto de una enfermedad, y la "carencia de facultades competentes para el ejercicio del ministerio pastoral". Fueron muchas las dificultades que fueron apareciendo en los meses subsiguientes para encontrar un sacerdote que dominara las lenguas mocovíes y abiponas hasta que apareció el P Isidro Cáceres, nombrado el 8 de agosto de 1790. Tampoco este sacerdote quizo aceptar la designación alegando que "por sus achaques no está en condiciones de pasar a hacerse cargo del curato de San Jerónimo de abipones".

A raíz de ello el virrey Nicolás de Arredondo comunicó al subdelegado de Santa Fe que "tras las diligencias practicadas hasta ahora resulta que los demás religiosos mercedarios que podrían sustituirlo (al P. Lorenzo Casco) como inteligentes en el idioma de aquellos naturales, o están enfermos o impedidos por otro título por lo que le previene que despache cualquier otro religioso o clérigo que supla las funciones de cura, dado el total desamparo en que han quedado aquellos naturales y el riesgo de que vuelvan, por su veleidad, a abrazar la infidelidad".

De esta manera, entonces la Reducción de San Jerónimo del Rey quedó abandonada durante unos años, hasta que se hicieron cargo de la misma los Sacerdotes Franciscanos, el 7 de febrero de 1798.

 

Del libro "Bajo el signo de la Fe" del Profesor Víctor Braidot se resumen los antecedentes en los siguientes títulos:

Bien documentado, el profesor Víctor J. Braidot, hace una reseña histórica que arranca con la fundación de la Reducción de San Jerónimo del Rey, para explicar como se llega a venerar como Patrona de Avellaneda a Nuestra Señora de Las Mercedes.


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