NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES

 

 

NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES




 

TEXTO QUE CORRESPONDE AL LIBRO "BAJO EL SIGNO DE LA FE" DEL PROFESOR VICTOR J. BRAIDOT

En el año 711, a las órdenes de Tárik, los árabes y bereberes entraron en la península ibérica por el lugar denominado hoy Peñón de Gibraltar. El reino visigodo que dominaba el territorio no supo resistir. Las divisiones internas y las luchas entre los ambiciosos palaciegos visigodos aflojaron las defensas del reino y facilitaron el avance musulmán. En siete años España fue de los invasores salvo algunos pequeños enclaves norteños, aislados por las montañas. El reino de León fue el que, poco a poco, aprovechando las disensiones internas de los árabes, comenzó con su lucha por recuperar el territorio pero, por sobre todo, para restablecer en el pueblo la religión cristiana. Formaba parte de aquél la insumisa Cantabria que, en el siglo IX, empezó a ser llamada Castiella por los muchos castillos en los que se defendían y preparaqan la guerra sus moradores.

Este dificil período para España se prolongó hasta el año 1492 en el que los moros fueron vencidos y expulsados del territorio.

Pero a esta parte de la historia que tiene como protagonista a Nuestra Señora de las Mercedes quiero ubicarla en el siglo XIII cuando no habían terminado sino que se hacían más intolerables los sufrimientos de los cautivos que se encontraban en poder de los moros. Día a día las víctimas aumentaban en número porque los cristianos eran arrastrados hasta las cárceles donde se los sometía a toda clase de torturas para obligarlos a renegar de su fe.

La reconquista del territorio por parte de los ejércitos cristianos se hacía con mucha lentitud y la situación por la que atravesaban los demás pueblos europeos no permitía llevar a la península el auxilio deseado.

Mucha gente oraba implorando el auxilio divino pero fue uno que mereció la gracia más deseada: Pedro Nolasco, un caballero de la nobleza que había vendido todo su patrimonio para recaudar fondos con los cuales rescatar a cuantos cristianos cautivos le fuera posible.

Había nacido en los campos provenzales de Barcelona en 1180, aunque otras versiones indican una fecha distinta y un lugar diferente. Una noche, la del 1 al 2 de agosto de 1218, día en que la Iglesia recuerda la libertad de San Pedro de la cárcel de Jerusalén, se encontraba San Pedro Nolasco en Barcelona (recordemos que murió el 13 de mayo de 1249 y fue canonizado por el Papa Urbano VIII en 1628), profundamente conmovido, llorando amargamente mientras oraba con mucho fervor. De pronto, la habitación se iluminó con una luz celestial y se le apareció la Santísima Virgen María quien le dijo: "Cese, hijo mío, tu llanto. Soy la Madre de Dios. Es voluntad divina que fundes una Orden a la que llamarás de María de las Mercedes, destinada al rescate de los cautivos cuya suerte te hace gemir. Tú y los tuyos llevaréis este hábito blanco que en mí ves, como signo de mi filiación y de mi virginal pureza. A imitación de mi divino Hijo, iréis, llenos de caridad, en busca de esos desgraciados y, cuando el dinero os falte, quedaréis como rehenes para que los autivos logren su libertad."

Una vez dicho esto, la Celestial Señora desapareció y Nolasco permaneció como fuera de sí hasta el alba. Corrió rápidamente a contarle lo que había ocurrido a San Raimundo de Peñafort, su confesor. Con gran sorpresa oyó que también él había tenido la misma visión. Fueron los dos entonces a buscar al rey don Jaime I de Aragón, el Conquistador, quien les salió al encuentro para anunciarles que la Reina del Cielo le había sugerido iniciar una nueva orden religiosa.

Ocho días después en la catedral de Barcelona, ante el Obispo y el Rey don Jaime I , nació la nueva Orden cuyos integrantes, con abnegación y trabajo, reunieron limosnas para penetrar en la tierra dominada por los moros y arrancar de sus cárceles a miles de cristianos, muchos de ellos ya exánimes y otros a punto de proferir la triste negación de su Fe.

Los mercedarios redimieron a unos 300.000 prisioneros de los moros pero tuvieron también unos 3.000 mártires. Entre ellos San Ramón Nonato a quien, por hablar con libertad apostólica, los moros le cerraron los labios con un candado. San Pedro Armengol, San Pedro Pascual, San Serapio y muchos más sufrieron crueles martirios porque, habiéndoseles terminado el dinero, se entregaban ellos mismos como rehenes para liberar a los cautivos y morían en el suplicio porque no llegaba a tiempo el rescate.

Por la inmensa gracia que la Virgen hizo al pueblo cristiano con esta aparición, María fue llamada de las Mercedes que significa Misericordias, Gracias o Favores. Creada con ese nombre, la Orden fue honrada por el Rey Santiago I con el título real y militar poniendo en los pechos de sus integrantes el emblema real compuesto por cuatro rayas rojas con fondo de oro. Al mismo tiempo el Obispo de Barcelona como recuerdo del nacimiento de la Orden en dicha ciudad, al emblema real le agregó una cruz blanca sobre fondo rojo porque era el escudo de su Iglesia Catedral.

La Orden de los Mercedarios, luego de un reconocimiento provisorio por parte del Papa Honorio III, fue aprobada oficialmente el 17 de enero de 1235 por el Papa Gregorio IX.

Los sacerdotes mercedarios fueron los primeros religiosos llegados a nuestro país: dos lo hicieron con Pedro de Mendoza. Durante años fueron los capellanes de las grandes caravanas que se internaban por pampas desoladas hacia las Salinas Grandes, y de 1779 a 1810 tuvieron a su cargo la atención espiritual de las Islas Malvinas.

El general don Manuel Belgrano, creador de nuestra Bandera Nacional, proclamó a la Virgen de las Mercedes, Generala del Ejército y le entregó su bastón de mando después de la batalla de Tucumán.

Del libro "Bajo el Signo de la Fe" del Profesor Víctor J. Braidot


 

 


 
IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES
La imagen de Nuestra Señora de las Mercedes que se encuentra en el altar mayor, es una escultura realizada en madera de quebracho hueca, revestida con estuco policro- mado, con ojos de color celeste claro en cristal de roca. Esta advocación española de la Virgen lleva escapularios en la mano izquierda y un cetro y cadenas en la derecha, ya que es la Patrona de los Cautivos. En el pecho tiene pintado el escudo de Barcelona, en rojo y amarillo dorado, coronado por una Cruz de Malta, la misma que lleva la Orden de los Mercedarios.
La imagen fue donada por los Hnos. Stechina y fue bendecida por el P. Francisco Comini el 24 de setiembre de 1914.
El autor fue don José Angel Nardín, primer artista plástico de Avellaneda, nacido el 14 de febrero de 1879 y fallecido el 27 de setiembre de 1935.
La obra fue restaurada totalmente por e! artista plástico local Omar Darío Nasich y presentada en una solemne ceremonia realizada el sábado 11 de julio de 1992. La bendición fue impartida por el Obispo Diocesano, Mons. Fabriciano Sigampa.

Ver también: OTROS TEMAS RELIGIOSOS del Sitio Avellaneda, Santa Fe, Argentina.

 

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